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aprendiendo a entrenar - aprendiendo de Bruce Lee

Un traje de cuerpo completo amarillo con una banda negra de pierna a hombro, unos chacos moviéndose con enorme agilidad y un chillido de animal como grito de guerra, son las características básicas que usaría para referirme a la estrella emblemática de las artes marciales conocida como Bruce Lee. Pero si alguno de ustedes se ha topado y leído cualquiera de sus aforismos, o ha escuchado rumores sobre la intensidad y profundidad de su rutina de entrenamiento, compartirán mi opinión de que el personaje de Bruce Lee que vemos en pantalla tan solo toca la superficie. Estamos hablando de una persona profunda. No solo porque llegó a niveles de maestría en su practica, sino porque literalmente reconoció que su practica era un compromiso de vida. Bruce Lee se mantuvo en constante entrenamiento, ya sea de su cuerpo, de su mente o de su espíritu. Con ello, el atleta filosófico nunca se estancó. Él siempre estuvo buscando, buscando mejorar, mejorarse. La vida de Bruce Lee fue una vida dedicada al devenir - al transformarse, día con día, a través de una auto-exigencia disciplinada, en una persona que busca acercarse constantemente a su potencial.

Me gustaría tomarle prestadas un par de frases que he adoptado para dedicarme, yo mismo, a mi propia versión de mi devenir. Inicio con una frase sobre el enfoque, eso a lo que le ponemos atención. Pensaran que después de alabar las múltiples facetas de la vida de Bruce Lee, viene implícito que el hombre se partió en fragmentos, haciendo un poco de esto y otro poco de lo otro. Pero Bruce Lee entendía que el enfoque era más sobre una actitud - de concentración y dedicación - que uno tomaba al hacer cualquier cosa. El decía: To spend time is to pass it in a specific manner. Su tiempo, lo acabó dedicándoselo a si mismo. Ya fuera que eso significara salir a correr todas las mañanas, retomar una escena hasta que él la considerara digna de ser proyectada o pasar tiempo jugando con su hijo o su esposa. En ingles, la palabra spend es indispensable. Uno no pasa el tiempo porque entonces querría decir que el tiempo se nos pasa. Él aclara que uno invierte su tiempo. Uno gasta, no el tiempo, sino esfuerzo. Por lo tanto, más vale que el esfuerzo se ponga en algo que valga la pena.

La siguiente frase tiene que ver con la intención de ser maestro. A good teacher is merely a catalyst. Para Bruce Lee, un buen maestro no es alguien que enseña bien. Para Bruce Lee, un buen maestro es un catalizador. El Maestro no tiene nada en particular que enseñar, su labor es hacer que ocurra algo que lleve al alumno al aprendizaje. Así, un buen maestro es esa persona que pone en lugar las condiciones que facilitan el aprendizaje. ¿Cuales son esas condiciones? Me parece, tomando como muestra los múltiples libros de aprendizaje de Jeet Kune Do que Bruce Lee desarrolló, donde a pesar de que se muestran una serie de diagramas de cómo llevar a cabo una postura o un golpe acompañados por instructivos precisos, Bruce Lee siempre termina recomendando al practicante que pruebe para ver si el movimiento que él esta recomendando le funciona y que si no haga los ajustes necesarios teniendo en cuenta que la intención principal es la eficiencia de movimientos en relación al impacto del golpe. Entre más breve y rápido sea el movimiento, mayor el impacto. Lo interesante es que Bruce Lee no cierra la puerta a que el movimiento solo pueda ser de una manera. Él comprende que cada persona tendrá su propio mecanismo de movimiento y que lo importante es buscar la combinación correcta para lograr la mayor eficiencia posible. Ahí esta la lección: Bruce Lee es un catalizador en cuanto a que convierte a sus alumnos en practicantes, no importa de qué, lo importante es que uno lleve a cabo la acción para comprender la acción. Así, el aprendizaje es propio. El buen maestro no da las respuestas; El buen maestro establece las dinámicas del reto. El aprendizaje esta en la ejecución del reto. No tanto en el resultado del reto, sino en el proceso de atravesar el reto. Así, el buen maestro es un catalizador y el alumno se ve transformado por la experiencia.

De ahí deviene la siguiente frase: I will form habits designed to bring the power of my will into action. La frase se me hace interesante por que no asume que la voluntad de hacer algo es suficiente. Bruce Lee reconoce que inclusive a la voluntad hay que ayudarla, principalmente desarrollando hábitos que llevan a la acción. Permítanme intentar traducir la frase completa: Yo formare hábitos diseñados a llevar el poder de mi voluntad a la acción. Con la traducción me saltan un par de palabras más. Me parece interesante que Bruce Lee no plantea que uno adopta hábitos, como se suele decir, implicando que es algo que simplemente se acoge y ya es suyo. Él plantea que los hábitos se forman, y como con todo lo que se forma, se requiere que se le vaya dando forma poco a poco. El habito no aparece de repente. Ni siquiera es algo que en su simple repetición se conforma. Al habito, hay que irlo trabajando con constancia pero también ajustándolo para que nos quede - en el sentido de portarlo como si fuera una vestimenta - mejor. El habito requiere adaptación - en cuanto a saberse acomodar - a nuestra vida para que el habito se vuelva parte de nuestra vida. ¿Pudo haber simplificado -Bruce Lee la frase a I will form habits of action para hacerla más directa y contundente? Quizá no, quizá su intención cambia sutilmente. Ponerse en acción es diferente a poner la voluntad en acción. Ponerse simplemente en acción podría perder el propósito especifico. Poner la voluntad en acción es enfocar las acciones hacia lo que la voluntad busca.

Por último, voy a tomar prestada su frase sobre la paciencia - Patience is not passive, on the contrary, it is concentrated strength. Reconociendo que no soy muy paciente, he intentado, al meditar, hacer jardinería y dibujar meticulosamente, mejorar mi paciencia. Me queda claro que no es suficiente intentar simplemente ser más paciente. Uno debe trabajar en ello. Solía pensar que, en gran parte, ser paciente era tener la capacidad de resistir a actuar de manera precipitada. Por lo tanto, relacionaba la paciencia con la pasividad. Mi reacción inmediata, al verme en un ataque de impaciencia, era tratar de no responder a la situación. De cierta manera me parecía eficiente congelarme. Por lo menos mi inmovilidad me alejaba de hacer algo imprudente por pura desesperación. Pero leyendo sobre la manera en que Bruce Lee trabajaba en su paciencia, me he ido dando cuenta que la paciencia es una acción y no una característica personal. Uno no es paciente, uno actúa con paciencia. Por lo tanto, puedo dejar de pensar sobre mi como una persona impaciente. Ese reconocimiento, al simplemente aceptarlo, abría la puerta a permitirme responder a una situación de manera impaciente. Al final de cuentas, estaba en mi ADN. Todo en mi ser brincaba a la impaciencia. Lo único que intentaba hacer en ocasiones que me ponían a prueba era resistir, resistir a una comportamiento que yo consideraba intrínseco a mi persona. Ahora, a partir de familiarizarme con Bruce Lee, me doy cuenta que debo confrontar los momentos en donde siento que la impaciencia se apropia de mi. Me enfoco, de primer impacto, ahora, en mi concentración. Intento visualizar qué parte de mi cuerpo se ha tensado he intento mandar mi respiración a esa zona de mi cuerpo. El ejercicio me debe tomar un par de segundos. Suficiente para haber mandado mi energía a otro lado - a mi cuerpo y no a mi impaciencia - que solía ser manifestada hacia otras personas. Parecería una solución obvia pero me ha tomado tiempo y esfuerzo llegar a ella. Ya no pienso en intentar ser paciente o en evitar ser impaciente. Ahora me concentro. Y aunque suene contradictorio, encuentro al estar concentrado un estado de relajación. Mi mente y cuerpo se enfocan y dejan pasar la situación incómoda.