interferencia

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aprendiendo a hilar el espacio - aprendiendo de Gelo

La primera imagen que vi de Gego fue cuando ella ya estaba bastante avanzada en edad. Aun así, la imagen la captura en la misma actitud que me imagino debió comenzar su trayectoria. Ella esta en su estudio, con pinzas en mano, manipulando alambre. Gego, a mi parecer, es una artista manual; sus manos hacen el trabajo y su trabajo ha sido manipular la materia, principalmente el alambre en tejidos espaciales. Gego, me parece, es la experta en transformar la línea en volumen. Dicha manipulación se hace visible en sus dibujos. Comienza dibujando una simple retícula. Cada punto de la retícula es un punto manipulable, un punto que Gego puede reubicar. Pero lo que parece ser un entendimiento particular de Gego, es que reubicar un punto en la retícula tiene implicaciones en los puntos más cercanos a él. Para Gego, la retícula es un telar. Jalar un punto particular implica jalar la matriz completa hacia ese punto. Así, conforme un punto marca la cúspide de su matriz, todos los puntos a su alrededor se levantan hacía el. Por consecuencia, la retícula de Gego se vuelve topografía. Con ello, sus dibujos aparentan campos territoriales. Nos imaginamos caminando sobre ellos. Seguimos el recorrido de sus líneas. Y con cada dibujo el territorio se vuelve más complejo.

De ahí, Gego genera matrices que envuelven. Sus esculturas se convierten en burbujas. Pero no en burbujas solidas. Sus burbujas se siguen hilando, a partir de la conexión de puntos, a partir de triangulaciones. La diferencia es visible. Vemos la construcción detrás de la burbuja. La burbuja, en si, parece flotar. Y esa es la cualidad espacial que las esculturas de Gego adquieren. De ahí tan enigmáticas. De ahí que se perciban tan efímeras. Sus líneas ligeras, sus alambres tejidos, se mueven conforme nosotros nos movemos en relación a ellas. Una ilusión óptica se genera. Un efecto Moire se produce. De ahí que sus esculturas puedan ser simultáneamente tan ligeras y al mismo tiempo tan profundas.

Dicho efecto se vuelve tanto más intenso cuando Gego salta de escala e invade todo un espacio de la galería con sus tejidos. De pronto, nos vemos sumergidos dentro de ellas. Pero nunca es una envoltura absoluta. Sus tejidos nos dejan ver a través. Tanto, que vemos varias capas de espacialidad que nos rodea. Gego juega con la densidad. Algunos puntos se condensan, otros se expanden. Todo es una percepción de ligereza y densidad. Pero una percepción convincente. El espacio se percibe flexible. Gego articula la flexibilidad. Con cada unión, con cada línea que se conecta con otra línea, con cada alambre que se conecta con otro alambre, la unión se enfatiza, el punto se remarca. Así, percibimos sus esculturas como estructuras geodésicas que han sido manipuladas, distorsionadas y que por lo tanto parecen vibrar, de estar a punto de ajustarse. Sus esculturas se vuelven legibles. Vemos puntos en el espacio. Su posicionamiento en relación a otros puntos hacen legible su espacialidad.

De Gego he aprendido que el espacio se teje. He aprendido que el espacio envuelve, pero no por ello la envoltura atrapa. De Gego he aprendido que la transparencia no tiene que ser total. He aprendido que hay transparencias con presencia y que hay esculturas llenas de aire. Lo que más aprecio de Gego es que ella me ha hecho imaginar que es posible habitar una nube. Y de ahí, he aprendido que se puede proyectar espacio con la misma sutileza y complejidad que una nube.