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APRENDIZAJES IMAGINARIOS - textos sobre la gente que ha tenido indirectamente una influencia en mi manera de aproximarme a la creatividad

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aprendiendo a entrenar - aprendiendo de Bruce Lee

March 25, 2024

Un traje de cuerpo completo amarillo con una banda negra de pierna a hombro, unos chacos moviéndose con enorme agilidad y un chillido de animal como grito de guerra, son las características básicas que usaría para referirme a la estrella emblemática de las artes marciales conocida como Bruce Lee. Pero si alguno de ustedes se ha topado y leído cualquiera de sus aforismos, o ha escuchado rumores sobre la intensidad y profundidad de su rutina de entrenamiento, compartirán mi opinión de que el personaje de Bruce Lee que vemos en pantalla tan solo toca la superficie. Estamos hablando de una persona profunda. No solo porque llegó a niveles de maestría en su practica, sino porque literalmente reconoció que su practica era un compromiso de vida. Bruce Lee se mantuvo en constante entrenamiento, ya sea de su cuerpo, de su mente o de su espíritu. Con ello, el atleta filosófico nunca se estancó. Él siempre estuvo buscando, buscando mejorar, mejorarse. La vida de Bruce Lee fue una vida dedicada al devenir - al transformarse, día con día, a través de una auto-exigencia disciplinada, en una persona que busca acercarse constantemente a su potencial.

Me gustaría tomarle prestadas un par de frases que he adoptado para dedicarme, yo mismo, a mi propia versión de mi devenir. Inicio con una frase sobre el enfoque, eso a lo que le ponemos atención. Pensaran que después de alabar las múltiples facetas de la vida de Bruce Lee, viene implícito que el hombre se partió en fragmentos, haciendo un poco de esto y otro poco de lo otro. Pero Bruce Lee entendía que el enfoque era más sobre una actitud - de concentración y dedicación - que uno tomaba al hacer cualquier cosa. El decía: To spend time is to pass it in a specific manner. Su tiempo, lo acabó dedicándoselo a si mismo. Ya fuera que eso significara salir a correr todas las mañanas, retomar una escena hasta que él la considerara digna de ser proyectada o pasar tiempo jugando con su hijo o su esposa. En ingles, la palabra spend es indispensable. Uno no pasa el tiempo porque entonces querría decir que el tiempo se nos pasa. Él aclara que uno invierte su tiempo. Uno gasta, no el tiempo, sino esfuerzo. Por lo tanto, más vale que el esfuerzo se ponga en algo que valga la pena.

La siguiente frase tiene que ver con la intención de ser maestro. A good teacher is merely a catalyst. Para Bruce Lee, un buen maestro no es alguien que enseña bien. Para Bruce Lee, un buen maestro es un catalizador. El Maestro no tiene nada en particular que enseñar, su labor es hacer que ocurra algo que lleve al alumno al aprendizaje. Así, un buen maestro es esa persona que pone en lugar las condiciones que facilitan el aprendizaje. ¿Cuales son esas condiciones? Me parece, tomando como muestra los múltiples libros de aprendizaje de Jeet Kune Do que Bruce Lee desarrolló, donde a pesar de que se muestran una serie de diagramas de cómo llevar a cabo una postura o un golpe acompañados por instructivos precisos, Bruce Lee siempre termina recomendando al practicante que pruebe para ver si el movimiento que él esta recomendando le funciona y que si no haga los ajustes necesarios teniendo en cuenta que la intención principal es la eficiencia de movimientos en relación al impacto del golpe. Entre más breve y rápido sea el movimiento, mayor el impacto. Lo interesante es que Bruce Lee no cierra la puerta a que el movimiento solo pueda ser de una manera. Él comprende que cada persona tendrá su propio mecanismo de movimiento y que lo importante es buscar la combinación correcta para lograr la mayor eficiencia posible. Ahí esta la lección: Bruce Lee es un catalizador en cuanto a que convierte a sus alumnos en practicantes, no importa de qué, lo importante es que uno lleve a cabo la acción para comprender la acción. Así, el aprendizaje es propio. El buen maestro no da las respuestas; El buen maestro establece las dinámicas del reto. El aprendizaje esta en la ejecución del reto. No tanto en el resultado del reto, sino en el proceso de atravesar el reto. Así, el buen maestro es un catalizador y el alumno se ve transformado por la experiencia.

De ahí deviene la siguiente frase: I will form habits designed to bring the power of my will into action. La frase se me hace interesante por que no asume que la voluntad de hacer algo es suficiente. Bruce Lee reconoce que inclusive a la voluntad hay que ayudarla, principalmente desarrollando hábitos que llevan a la acción. Permítanme intentar traducir la frase completa: Yo formare hábitos diseñados a llevar el poder de mi voluntad a la acción. Con la traducción me saltan un par de palabras más. Me parece interesante que Bruce Lee no plantea que uno adopta hábitos, como se suele decir, implicando que es algo que simplemente se acoge y ya es suyo. Él plantea que los hábitos se forman, y como con todo lo que se forma, se requiere que se le vaya dando forma poco a poco. El habito no aparece de repente. Ni siquiera es algo que en su simple repetición se conforma. Al habito, hay que irlo trabajando con constancia pero también ajustándolo para que nos quede - en el sentido de portarlo como si fuera una vestimenta - mejor. El habito requiere adaptación - en cuanto a saberse acomodar - a nuestra vida para que el habito se vuelva parte de nuestra vida. ¿Pudo haber simplificado -Bruce Lee la frase a I will form habits of action para hacerla más directa y contundente? Quizá no, quizá su intención cambia sutilmente. Ponerse en acción es diferente a poner la voluntad en acción. Ponerse simplemente en acción podría perder el propósito especifico. Poner la voluntad en acción es enfocar las acciones hacia lo que la voluntad busca.

Por último, voy a tomar prestada su frase sobre la paciencia - Patience is not passive, on the contrary, it is concentrated strength. Reconociendo que no soy muy paciente, he intentado, al meditar, hacer jardinería y dibujar meticulosamente, mejorar mi paciencia. Me queda claro que no es suficiente intentar simplemente ser más paciente. Uno debe trabajar en ello. Solía pensar que, en gran parte, ser paciente era tener la capacidad de resistir a actuar de manera precipitada. Por lo tanto, relacionaba la paciencia con la pasividad. Mi reacción inmediata, al verme en un ataque de impaciencia, era tratar de no responder a la situación. De cierta manera me parecía eficiente congelarme. Por lo menos mi inmovilidad me alejaba de hacer algo imprudente por pura desesperación. Pero leyendo sobre la manera en que Bruce Lee trabajaba en su paciencia, me he ido dando cuenta que la paciencia es una acción y no una característica personal. Uno no es paciente, uno actúa con paciencia. Por lo tanto, puedo dejar de pensar sobre mi como una persona impaciente. Ese reconocimiento, al simplemente aceptarlo, abría la puerta a permitirme responder a una situación de manera impaciente. Al final de cuentas, estaba en mi ADN. Todo en mi ser brincaba a la impaciencia. Lo único que intentaba hacer en ocasiones que me ponían a prueba era resistir, resistir a una comportamiento que yo consideraba intrínseco a mi persona. Ahora, a partir de familiarizarme con Bruce Lee, me doy cuenta que debo confrontar los momentos en donde siento que la impaciencia se apropia de mi. Me enfoco, de primer impacto, ahora, en mi concentración. Intento visualizar qué parte de mi cuerpo se ha tensado he intento mandar mi respiración a esa zona de mi cuerpo. El ejercicio me debe tomar un par de segundos. Suficiente para haber mandado mi energía a otro lado - a mi cuerpo y no a mi impaciencia - que solía ser manifestada hacia otras personas. Parecería una solución obvia pero me ha tomado tiempo y esfuerzo llegar a ella. Ya no pienso en intentar ser paciente o en evitar ser impaciente. Ahora me concentro. Y aunque suene contradictorio, encuentro al estar concentrado un estado de relajación. Mi mente y cuerpo se enfocan y dejan pasar la situación incómoda.

Tags aprender, aprendizajesimaginarios, arbolgenealogico, bruce lee
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aprendiendo a jugar - aprendiendo de los Eames

March 24, 2024

Supongo que todos hemos escuchado del sueño Americano pero dudo muchos de nosotros haya llegado a verlo. Pero me imagino que ha habido unos cuantos, seguro muy pocos, ya que se requeriría de una imaginación desbordada y de una esperanza inquebrantable, que han vivido el sueño Americano como si fuera una realidad. Entre esos poco me imagino que uno debe incluir a Charles y Ray Eames. No me imagino que ni Hollywood ni Disneylandia tuvieran la capacidad de inventar a una pareja tan idónea como los Eames. Su optimismo casi ciego y su productividad incansable los hacen en mi mente el símbolo más tangible - ya que la encarnación misma es por definición imposible - del sueño Americano.

Pero seria un error pensar en ellos como una manifestación del sueño Americano aislado. Digamos que tuvo que existir todo una maquinaria para generar un holograma de lo que ellos mismos representaban para convertir su imagen en tan cercanamente real de lo que el sueño parece ser. Permítanme poner un par de eventos en contexto. Charles y Ray Eames comenzaron sus estudios e iniciaron sus profesiones en la década de los treinta. Para finales de los cuarenta, tenian detrás de ellos suficiente experiencia profesional para poder aprovechar la ola productiva que surgió en la post-guerra Americana. Una nación entera se veía envuelta en un aire de optimismo. La ilusión de que se había derrotado contundentemente al mal, dejando espacio para una nueva noción de lo que el bien podía ser se respiraba en la victoria facilitada por los Estadunidenses. Estados Unidos se imaginaba a si mismo como la mejor versión de si mismo, y para alcanzar esa versión imaginada se necesitaba de gente visionaria. Ahí entran los Eames. Charles, un adulto que parecía haber rescatado de su propia infancia el entusiasmo y la aproximación practica de un Boy Scout al confrontar cualquier problema se veía mezclado con la sensibilidad material de una mujer que parecía haber ejercido cada uno de los oficios artesanales imaginables. Juntos generaban una dicotomía envidiable; Él proyectando con la funcionalidad de un ingeniero mientras ella aproximaba la materia con la seguridad de un artesano experimentado. Pero eso no era lo único que los hacia únicos. Ellos parecían ver a lo que al resto de la gente le pasaba desapercibido y encontrar fascinante lo que a muchos les parecería ordinario. Nuevamente permítanme poner las cosas en contexto. De las tantas imágenes que les pueden venir a la mente de la pareja de diseñadores, que seguro no son pocas ya que pocos personajes han pasado a la historia tan arduamente documentados por los medios o por ellos mismos como los Eames, me gustaría que recordaran la imagen en donde Charles y Ray Eames se encuentran acostados con los brazos extendidos y las piernas entre abiertas sobre una superficie blanca. Lo interesante de la imagen es que la fotografía ha sido tomada desde arriba de ellos, haciéndolos parecer suspendidos sobre la superficie de una pared. Han aprovechado la imagen para promover uno de los tantos productos de diseño industrial que diseñaron y produjeron - en este caso bases de metal que servirían como soporte para las sillas DCM. De cierta manera, la ligereza de las bases metálicas dan la impresión de estar rodeando sus cuerpos más que encasillándolos. Pero no sea mi propia imaginación idealista que me hace pensar en otra lectura de esa misma imagen. A mi parecer, la pareja parece estar en la clásica posición que uno toma cuando se encuentra acostado sobre la nieve y mueve sus brazos y piernas para no solo dejar el trazo del cuerpo en la suave superficie sino para tener, por un instante, la ilusión de que nuestro movimiento esta tomando vuelo. Mi lectura les puede sonar exagerada. Ellos no se están moviendo. Pero !fíjense en la muñeca izquierda de Charles! Ella ya inicia ligeramente a inclinarse hacia abajo, dando la más mínima indicación de querer iniciar a bajar y subir los brazos. !Noten la forma extendida de la falda obscura de Ray! Ya ocupa el espacio que las piernas ocuparan una vez abiertas a su máxima extensión. Y aun así, si mi lectura de la imagen llegara a parecer viable, se preguntaran ¿qué implicaciones tiene con la ilusión del sueño Americano? Mi teoría, si es que se le puede llamar así a una lectura libre de una de las tantas imágenes de la pareja multifacética, es que en ella se capta la capacidad de ver lo imperceptible y de disfrutar de lo cotidiano que anteriormente mencionaba era una de las características que los hace una pareja extraordinaria. Para los Eames, en esta foto, y diría yo en toda su carrera profesional, no parece haber necesidad de contar con nieve para jugar a volar sobre la nieve. Lo único que se necesita es realmente creértela. Ellos mismos lo decían: “hay que jugar con toda seriedad”. Eso es: hay que jugar como si no fuera tan sólo un juego ó lo que sería lo mismo pero dicho de manera opuesta: aproximar absolutamente todo con la soltura con el que se juega.

Cuando viajo, tengo una obsesión por buscar casas en donde mi imagino me gustaría vivir si viviera en el lugar que estoy visitando. Supongo que es una manera de intentar sentirme en casa mientras viajo, y suelo preguntarme: ¿cómo sería mi vida si viviera ahí? ¿Cuales serían mis actividades, mis hábitos y mis rituales si viviera en esa o en esa otra casa? Es extraño como voy escogiendo estas casas. No es un estilo en particular lo que me llama la atención. Tan sólo un detalle puede invocar mi imaginación. Un camino empedrado que parece desaparecer entre plantas podría hacer el truco. Un muro de hiedra con una puerta diminuta es suficiente para imaginarme que atrás de ella hay un jardín encantado. A veces es tan sólo un fragmento visto desde una ventana que me atrae. Un muro repleto de libros con un sillón cómodo y una luz cálida me parece un lugar en el que podría pasar horas. Un piano en una esquina de un cuarto podría se el inicio de mi casa de mis sueños. La mayoría de las casas que voy escogiendo como lugares en donde me gustaría vivir resultan ser casas anónimas, casas que me topo de manera accidental mientras voy explorando un sitio. De vez en cuando, la casa que más me llama la atención resulta ser una casa conocida, no por mi particularmente, sino una casa que me resulta familiar porque resulta ser una casa famosa. Parecería obvio que una casa famosa resulte ser una de esas casas en las que me gustaría vivir, pero en mi experiencia las casas-museos me resultan un poco fantasmagóricas. En ellas se intenta congelar el tiempo y el espacio para que uno pueda “ver” cómo fue que tal personaje que habitó ahí vivía. El resultado es, usualmente, una casa que parece montada. Las cosas están como estaban cuando la casa se habitaba, pero la palpitación que solamente el habitar puede proporcionar está ausente. Al visitar una casa famosa, uno ya trae consigo una noción de cómo es la casa, uno llega a ella con una pre-concepción provocada por las múltiples fotos que uno ya ha visto publicadas de dicha casa. Con ello, a mi parecer, toma una casa muy especial para que, a pesar de todas las imágenes que uno carga consigo al visitarla, la casa no deje de ser una sorpresa. Si la casa de los Eames no toma el primer lugar de las casas que mas me han sorprendido - esa distinción la obtuvo la Casa Schindler en Santa Monica, Los Angeles - sin duda la casa de los Eames situada en Pacific Palisades, Los Angeles sí se me ha hecho la casa-museo que más intima me pareció. Eso no es fácil considerando que cuando uno visita la casa uno esta limitado a caminar tan sólo en el jardín. Uno solo puede asomarse por las múltiples ventanas transparentes que hacen de la casa de los Eames una casa que parece extremadamente espaciosa. Uno sospecharía que asomarse a través de un cristal al interior de la casa, que resulta estar saturada de los objetos que tanto le gustaba a la pareja de diseñadores ir coleccionando, pudiera generar un sentido de intimidad. Pero tienen que considerar que cada espacio esta lleno de objetos únicos, donde cada objeto parece contener una historia de un viaje que la pareja hizo, de un mercado que ellos visitaron o incluso de un artesano que quizá los Eames no solo llegaron a conocer sino que quizá hasta llegaron a asesorarlo o vice-versa. La selección de objetos resulta una mezcla exótica. Un tapete persa convive con una mascara Africana que a su vez se encuentra al lado de un juguete artesanal de algún mercado de Latino America. Una lampara de Noguchi puede estar suspendida arriba del ya icónico Chaise Lounge de los mismos Eames al mismo tiempo que una mesa de madera de un artesano anónimo sostiene una cerámica de alguna dinastía Japonesa. Pero el encanto más cautivo de la casa me resulta su relación con el paisaje. La persona que me recibió durante mi visita me informa que el mismo jardinero que cuidó el jardín mientras la pareja vivía ahí sigue trabajando para la fundación y se sigue encargando de mantenerlo. Al caminar entre los pequeños patios que dividen los volúmenes funcionalistas uno percibe que tan sólo ayer pudieron estar Charles y Ray Eames sentados en la silla de plástico que ellos mismos diseñaron y que ahora tiene un par de hojas secas que uno duda en quitar antes de sentarse ahí. Las macetas de barro contienen esa textura de moho que solo se puede adquirir con el paso del tiempo. Las plantas tienen una vitalidad que solamente se puede obtener una vez que se sienten cómodas en el lugar. Nada parece haber sido montado, simplemente todo parece seguir cuidándose con el mismo cariño que me imagino los Eames lo hacían. Así, la casa de los Eames se vuelve el lugar en el que más me gustaría vivir. Por supuesto que lo digo de manera literal. No me molestaría vivir ahí mismo. Pero también lo digo en un sentido metafórico. Me encantaría vivir en lugar donde cada objeto cuenta una historia, en donde objetos de diseñadores reconocidos se mezclan con objetos de artesanos anónimos; Me encantaría vivir en una casa espaciosa, en donde el jardín se aprecia desde cualquier punto de la casa. Me gustaría vivir en una casa en donde la huella de mi habitar ha quedado marcada; Me gustaría vivir en una casa en la que la gente que la visita sienta que un sentido de intimidad habita la casa.

Tags aprender, aprendizajesimaginarios, arbolgenealogico, eames
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aprendiendo disciplina - aprendiendo de On Kawara

March 23, 2024

On Kawara es un artista disciplinado. On Kawara es una persona de hábitos. Y su principal hábito es documentar el paso del tiempo. Eso no quiere decir que él intente atrapar el tiempo, más bien, el ejercita el tiempo. El tiempo pasa le ponga On Kawara atención o no. Pero afortunadamente, On Kawara le pone toda su atención. Pero insisto, su intención no es atrapar el tiempo, sino ejercitarlo. Y para ello, él trabaja en series, ejercicios diarios que va repitiendo día con día para notar – anotar – el paso del tiempo. On Kawara anota su vida. Así, va conformando una serie de carpetas. Cada carpeta se enfoca a un aspecto cotidiano de su vida. Cada libreta, lo cual quiere decir cada serie cuya sumas van conformando su proyecto de vida, comienza con la palabra “yo”. Eso nos deja claro que es On Kawara quien esta llevando a cabo cada una de estas actividades. Esto me hace pensar que On Kawara requiere de (a)notar su vida para sentirse vivo. El registro de su vida se vuelve su vida. Así, cada uno de sus documentos se vuelven una evidencia de su existencia. On Kawara se siente vivo en cuanto deja huella de su existencia.

Cada serie, cada “yo …” surge a partir de una acción cotidiana. Por un periodo de su vida On Kawara traza sobre un mapa en blanco y negro de la ciudad en la que se encuentra el recorrido que ha llevado a cabo ese día, dando como resultado la carpeta yo fui – una serie de mapas con líneas rojas que muestran dónde estuvo On Kawara. En otro periodo de su vida, cada día, On Kawara le manda a sus amigos una postal con tan sólo la siguiente información sobre su vida: la hora en la que se despertó. Yo me desperté es una carpeta llena de postales con el mismo sello – I got up at … La única diferencia entre ellas es la aclaración precisa de la hora en la que On Kawara se despertó. En otro periodo de su vida, todos los días conformaba una lista de la gente que conoció ese día. La carpeta de I met se conforma de una serie de listas que va mostrando que tan social On Kawara fue cada día. Pero quizá su trabajo más consistente, es ese en el que se desprende del “yo”, para conformar una serie de cuadros con la fecha en la que fueron pintados – Date Paintings. Estos cuadros, ya terminados, son de una sencillez contundente, un fondo negro hace notar la fecha escrita en sanserif color blanco– JAN.4.1966 – pero un debe mantener en mente todo el trabajo que tomó llegar a dicha sencillez. Cada día, On Kawara, comenzaba la pintura conformando capa por capa, el negro particular del fondo, que no se genera con pintura negra, sino que se va conformando por cuatro capas de diferentes colores. Después, cuidadosamente traza el contorno de la fecha especifica en lápiz para finalmente consolidarla con varias capas de pintura blanca. Si el cuadro del día especifico no ha sido terminado al llegar la media noche, dicho cuadro es destruido. Para On Kawara, no es viable pintar un cuadro de un día en un día que ya no le pertenece.

De On Kawara he aprendido la verdad detrás de la frase popularizada por la cantante Dinah Washington: What a difference a day makes… Un día hace toda la diferencia, pero hay que hacer la diferencia del día. Para ello, On Kawara hace lo mismo día con día, para notar lo que distingue sutilmente un día del otro. De On Kawara he aprendido que la disciplina se va reforzando día con día. Y que la disciplina le otorga a la vida un factor de consistencia que puede llegar a ser inspiradora pero por ello mismo también puede ser dolorosa. Ser consistente requiere de un enorme esfuerzo. Por ello que él prefiere destruir un cuadro si no fue terminado en el día asignado. No se puede ser medio disciplinado. Ser disciplinado exige un compromiso profundo con uno mismo. De On Kawara he aprendido que dicho compromiso le otorga a la existencia un sentido; I am alive le escribe On Kawara a sus amigos. Estoy vivo – mi trabajo, anotando mi vida, es prueba de ello.

Tags aprender, aprendizajesimaginarios, arbolgenealogico, kawara, disciplina
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aprendiendo sobre la cotidianidad - aprendiendo de Georges Perec

March 22, 2024

Georges Perec es tanto escritor como observador. Particularmente, disfruta de observar la cotidianidad – eso que ocurre cuando nada parece ocurrir. Y para ello, se requiere de una mirada paciente. Perec no busca lo que salta a la vista. Su mirada penetra para capturar lo que suele pasar desapercibido. Su mirada es penetrante. Va más allá de la superficie, va más allá de lo evidente. Pero no por ello, olvida la sutileza. Para descubrir lo que se refugia en la cotidianidad – fenómenos que se esconden bajo la repetición, al ocurrir día con día – hay que notar lo que parece insignificante. Para Perec, los fenómenos cotidianos son tanto más importantes por ser usualmente tomados por insignificantes. Su aparente falta de importancia es lo que les otorga importancia. Perec es el héroe de la cotidianidad. Perec rescata a la cotidianidad, no exaltándola. Perec no pretende otorgarle a la cotidianidad super poderes. La cotidianidad es lo que es: es lo que suele pasar desapercibido por ocurrir sin que se piense en ella. Pero cuando digo que Perec rescata a la cotidianidad no estoy hablando del tipo de acción que implica resguardar a un animal herido en un habitar alterno que lo proteja de los predadores en su contorno natural. Mas bien estoy hablando del tipo de acción que implica proteger a un animal en su propio contorno, simplemente reconociendo de qué elementos y qué condiciones requiere el animal para sobrevivir en dicho entorno y asegurándose uno de que esos elementos y condiciones sigan estando disponibles. Para Perec, elogiar la cotidianidad es respetar su estado menor. Es como si Perec nos pidiera que no celebremos la cotidianidad para convertirla en extra-ordinaria. Al contrario, su intención parece ser la de venerar la cotidianidad por ser infra-ordinaria – por ser ordinaria al extremo.

La urgencia por que gente como Georges Perec exista es que vivimos en una cultura que promueve lo extra-ordinario. ¡Ya hemos visto todo! ¿Qué vas a hacer tu para distinguirte? Qué acción absurda llevaras a cabo para que genere el impacto necesario para volverse viral en las redes sociales? Para nuestra cultura, la cotidianidad es aburrida. Pero no para Perec. Perec insiste que si la cotidianidad te parece aburrida, es porque no la estas observando lo suficiente. Su consejo es: pasa más tiempo con ella y su sutileza se revelara. Así, plantea que nos sentemos en frente de una ventana de un café a observar todo lo que ocurre en frente de nosotros. Los que buscan lo extra-ordinario dirán que no está pasando nada, solo gente caminando de un lado a otro. Pero para los curiosos y atentos, tanto está ocurriendo que un minuto urbano puede resultar abrumante. Pasa una señora paseando a su perro. Ella lleva una chamarra con patrón de animal mucho más salvaje al de su pequeña mascota, que fuera de ladrar histéricamente tan sólo a perros cinco veces su tamaño, parece peligrosamente inofensiva. La mascota, absurdamente, lleva una prenda apretada que pretende resguardarla del clima, que luce soleado. La señora parece llevar una conversación con su perra, gesticulando ansiosamente. La perra, tan sólo levanta las orejas y evita voltear a ver a su interlocutora. Y todo esto fue tan sólo una de la docena de personas que pasó en lo que escribía al respecto. ¿se preguntaran qué tiene de interesante la prenda del perro, las gesticulaciones de la señora, o hasta el qué tiene de interesante sentarse en frente de una ventana simplemente observando? No tengo respuesta. Solamente, en el espíritu de Perec, les propondría que simplemente lo intenten. Que lleven a cabo una acción aparentemente simple y descubran su potencial. Perec sugiere hacer una lista de todo lo que observas. A Perec le obsesionan las listas. Listas de mercado, listas de las rutas de camiones que pasaron en frente de la ventana mientras fumaba su cigarro, lista de todos los objetos que se encuentran sobre su escritorio, listas de las distintas maneras - posiciones y lugares – en los que la gente lee. Una lista es un sistema de orden. Cada lista, dependiendo de su lógica de agrupamiento, tiene el potencial de provocar relaciones inesperadas. No es sorpresa que Perec fuera fan de Sei Shonagon y sus listas sublimes en la corte japonesa. (Pero Sei Shonagon se merece su propio ensayo así es que no iré más profundo en la peculiaridad de agrupamiento en sus listas, tan sólo me uno a la opinión de Perec de que nadie como Sei Shonagon para hacer listas fascinantes). Regresando a Perec, él considera que clasificar es pensar.

Así que de lo que he aprendido de Georges Perec es:

  1. Que una lista no es tan sólo una lista; Una lista establece un orden, genera una manera de asociar y por lo tanto se convierte en una estructura de pensamiento.

  2. Que si algo parece ordinario, ponle tanto más atención ya que en su misma condición se encuentra algo que no hemos notado aún.

  3. Que cada proyecto debe tener sus propias reglas de juego. Cada libro que Perec escribió exploró un distinto genero literario, bajo distintas reglas literarias.

  4. Que los objetos en nuestro escritorio revelan tanto más de lo que imaginábamos.

  5. Que cada objeto tiene una historia. Y que dicha historia es digna de ser descubierta/narrada.

  6. Que la “e” es la consonante más usada en el lenguaje Francés.

  7. Que una ventana en un café es una ventana a todo un micro mundo.

  8. Que en un edificio se construye, día a día, como un rompecabezas de relaciones cotidianas.

  9. Que hay mucho que aprender de la manera en que los gatos se mueven en el espacio.

  10. Que notar requiere anotar.

Tags aprendizajesimaginarios, arbolgenealogico, perec, cotidianidad
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aprendiendo a aprender - aprendiendo de John Hejduk

March 21, 2024

Supongo que en toda universidad se cuentan leyendas sobre la gente extraordinaria que estudió o dio clases previamente ahí como una manera de otorgarle al lugar una aura de prestigio. La reputación de dichas personas se convierte en una presencia fantasmal que ronda por los pasillos. Supongo que es a eso a lo que se refieren cuando hablan de un legado: una persona ha dejado una expectativa implícita para toda aquella persona que sigue su camino si no es que sus pasos.

En la Universidad de Texas en Austin, donde yo estudié, se hablaba de los Texas Rangers. En mi mente el nombre me hacia pensar en los militantes voluntarios que tanto veía en la televisión cuya tarea, auto dispuesta por un patriotismo radical, era establecer un supuesto orden a la migración entre el borde de México y los Estados Unidos. Pero cuando se hablaba de losTexas Rangers en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Texas se estaba hablando de otro tipo de radicales. Se hablada de unos vanguardistas en la educación de la arquitectura. Los Texas Rangers fueron un grupo seleccionado de profesores que re-inventaron el programa educativo de la Universidad de Texas durante la década de los cincuenta. Y a pesar de haber estado tan sólo un par de años presentes en su propio experimento, su legado permanece. Aunque el grupo lo conformaban varios artistas, arquitectos e historiadores, de los que más anécdotas se llegaban a escuchar, principalmente de boca de Charles Moore, era sobre Colin Rowe, Robert Slutzky y de John Hejduk. Mi curiosidad me llevó a buscar el trabajo de cada uno de ellos, pero de ninguno me vi hipnotizado como con el personaje mítico de John Hejduk.

Los rumores sobre él era que hacía dibujos más bellos que edificios, que gesticulaba exageradamente cuando algo lo emocionaba y que era él quien había inventado el ejercicio de nueve cuadros que nos habían puesto al iniciar la carrera. El ejercicio no tenia un programa o un sitio en particular. Su intención era simplemente investigar las posibilidades espaciales dentro de parámetros aparentemente restrictivos. La noción de encontrar la creatividad en la restricción fue el factor principal de atracción. Busqué todo lo que pude encontrar de él. Y entre lo que me pareció poco material para toda una leyenda me topé con el libro de An Education of an Architect que mostraba el trabajo estudiantil producido durante su posición como decano de la escuela de arquitectura de Cooper Union en Nueva York.

El libro estaba repleto de dibujos enigmáticos hechos a lápiz, dibujos aparentemente sucios que contenían la huella misma del proceso. Aparentemente, me fui enterando conforme iba leyendo más sobre el trabajo en Cooper Union, se tenia prohibido que los alumnos borraran cualquier linea. Si se tenía que hacer “correcciones” se dibujaba encima del mismo dibujo, en ocasiones sobre el mismo papel pero usualmente en un trozo de papel sobrepuesto en la zona a re-dibujar. Como resultado, se obtenían dibujos arqueológicos que mostraban las capas de “correcciones”. Los títulos de los proyectos era otro enigma: House for a Retired Quarryman, Twin Houses for a Single Resident, House for a Geologist above a Gold Mine eran algunos de ellos. Aquí estaba un profesor de arquitectura que hacia leer a Kafka y a Borges a sus alumnos como punto de partida para un programa arquitectónico ya que consideraba que la arquitectura era de cierta manera una narrativa espacial. Lo siguiente que encontré de él fueron sus poemas, cargados de imágenes mitológicas. Obras construidas tenia muy pocas. La casa muro, con un esquema que a primera vista muestra una rigidez abrumante pero que con un poco de paciencia y otro tanto de imaginación fui descubriendo estaba cargada de humor. Un eje central generaba la circulación entre lo publico y lo privado. De dicho eje surgían apéndices, órganos espaciales que hacían la casa habitable. El esquema me sigue pareciendo torpe. Y aun así me sigue fascinando de la misma manera que el cuerpo humano me parece extraordinario. A primera vista parece un poco caprichoso y otro poco torpe, pero cuando lo vemos funcionar no podemos negar su complejidad.

Me voy dando cuenta conforme voy avanzando que escribir sobre John Hejduk no es como escribir sobre las otras personas de las que he escrito. Con las otras personas que consideró han tenido una influencia, la influencia surge a partir de mi deseo de hacer las cosas que ellos han hecho, de trabajar con la visión con la que ellos han trabajado. Con John Hejduk es diferente. No es que yo desee ser decano de Cooper Union, (aunque no me negaría si me lo ofrecen), ni me interesa que se escuchen rumores de cómo gesticuló cuando estoy discutiendo sobre el proyecto de un alumno. Permítanme intentar ser lo más claro posible sobre un aspecto que me parece intangible. Presiento que lo que me atrae de John Hejduk es su presencia misma. Me imagino mostrándole mis proyectos. Me imagino hacia donde se podría desviar la conversación - secuencias cinematecas, ambientes literarios, trucos ópticos. Me imagino conversando sobre todo tipo de pasiones tangentes a la arquitectura sin tener que hablar de arquitectura. Y ahí mi fascinación con él, con su visión tan amplia e inclusiva de la arquitectura. No tendríamos que resultar ser unos arquitectos intensos para hablar de los aspectos esenciales de la arquitectura, simplemente tendríamos que hablar apasionadamente de la vida.

Aquí un breve texto escrito por él:

During a certain season in Texas, at dusk, some tree trunks seem to be phosphorescent… they give off a dull, blazing light. Upon close scrutiny it is found that the trunk of the tree is completely covered with discarded shells which were the outer body of certain insects. The startling fact is that the shell is intact; the form exactly as it was when its original inhabitant was inside, with one difference. The inside has left, leaving the outer form which looks like an x-ray, producing the luminous effect. Suddenly we hear the chorus of sound coming from the dark leaves above. It is the sound of the insects hidden in the tree in their new metaphysical form. What is strange about the phenomenon is that we can see the insects’ shell forms clinging from the tree, empty shells, a form that life has abandoned. While we fix our eyes in these apparitions, we hear the sound of the insect in its new form hidden in the trees. We can hear it but cannot see it. In a way, the sound we hear is a soul sound.

Así habla John Hejduk sobre, o tangencialmente del conocimiento, del aprendizaje y de la transformación que se produce a partir de ello. Hejduk nos hace saber que el conocimiento que ocurre en la escuela de arquitectura no es necesariamente visible, pero si escuchamos atentamente a la manera en que nuestros alumnos comienzan a expresarse de su contorno notaremos que ya no son los mismos alumnos con los que nos enfrentamos el primer día de clases. Podría parecer que son los mismos, sus cuerpos no han cambiado tanto, quizá se ven un poco más agotados, menos nutridos por todo el trabajo que han puesto en su proyecto, pero lo importante no esta en el resultado de su proyecto como objeto arquitectónico, sino en las reverberaciones que el proyecto produce, el inicio de un eco de intereses que comienzan a invadir a el alumno, y que sin darse cuenta, pronto lo ocuparan por el resto de su vida. Ese es el sonido de la pasión. Ese es el sonido de el ser humano involucrado inconscientemente con su propio proceso de descubrimiento.

Tags aprender, aprendizajesimaginarios, arbolgenealogico, hejduk
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aprendiendo a repetirme - aprendiendo de Gertrude Stein

March 20, 2024

Gertrude Stein se repite. Ella se repite en su vida y ella se repite en su escritura. Ella repite su escritura y ella repite su vida. En su vida ella tuvo una perra llamada Basket. Cada vez que la perra moría, ella la reponía con otra perra de la misma raza y la volvía a llamar Basket. Así, ella tuvo toda su vida a Basket y Basket nunca fue la misma perra. En su escritura, ella repetía palabras, repetía enunciados y repetía párrafos enteros. Pero nunca su literatura fue idéntica. Un simple cambio de posición de una palabra cambiaba un enunciado de otro. Por un lado, su repetición buscaba aclarar la naturaleza de algo – una rosa es una rosa es una rosa buscaba insistir en el aspecto rosa de una rosa. Por otro lado, su repetición buscaba mostrar completamente lo opuesto. La repetición es en si mismo una diferencia. Decir una cosa una vez no es lo mismo que decirlo dos veces y mucho menos es lo mismo que decirlo tres veces.

Gertrude Stein se dedicó a vivir. Vivir para ella era observar y escuchar. Observó y escuchó todas las maneras en que toda la gente que ella conoció observaban y escuchaban y hablaban con toda la gente que ellos conocieron. Todo esto ella lo exploró en un libro llamado The Making of Americans. En él, más de medio millón de palabras conforman una historia. La historia es sobre el paso del tiempo en la vida de una familia. En él, a través de la repetición de una frase con otra y a través de la mínima diferencia entre una frase y otra frase Gertrude Stein explora la manera en cada uno de nosotros observamos, escuchamos y hablamos. Gertrude Stein reconoce su talento. El talento de Gertrute Stein reside en reconocer el tipo de persona que cada persona es. Ella dice que hay personas pasivamente activos y otros activamente pasivos. Algunos de ellos muestran ser pasivamente activos de manera agresiva. Algunos de ellos muestran ser pasivamente activos de manera defensiva. Algunos de ellos muestran ser activamente pasivos de manera agresiva. Algunos de ellos muestran ser activamente pasivos de manera defensiva. Algunos de ellos muestran su manera de ser agresiva con acciones y alguno de ellos muestran su manera de ser agresiva con palabras. Algunos de ellos muestran su manera de ser defensiva con acciones y algunos de ellos muestran su manera de ser defensiva con palabras. Y así, a través del libro, vamos conociendo todas las maneras en que la gente observa, escucha y habla.

Gertrude Stein también escribió retratos de gente que ella conocía. Sus retratos no son descriptivos. Sus retratos no describen a la gente que retratan. Mas bien, sus retratos intentan leerse como ella percibía a la gente que retrataba. Así, el retrato de Picasso es más sobre la energía de un hombre que sobre Picasso. El retrato de Picasso se lee con energía. En el retrato de Picasso las palabras se leen con una palpitación energética. El retrato de Picasso no describe una mirada particular de un hombre, no describe la mirada de Picasso. El retrato de Picasso observa con curiosidad todas las cosas desde distintos puntos de vista. En el retrato de Picasso las descripciones son fragmentarias. Leer los retratos de Gertrude Stein se sienten como debió sentirse estar en la compañía de la gente que retratan. Leer los retratos de Gertrude Stein es leer los efectos de una personalidad y no leer sobre una personalidad.

Gertrude Stein me ha enseñado que una rosa es una rosa es una rosa y así mismo que una rosa no es como otra rosa. Cada rosa es distinta. Esa misma lógica de pensamiento se puede aplicar al diseño de la arquitectura. Una casa es una casa es una casa. Pero aun así, una casa no es una casa. Cada casa es distinta. Una casa es para una familia. Una casa es para un joven soltero. Una casa es para una familia que les gusta cenar juntos todos los días en la cocina. Una casa es para una familia que les gusta cenar viendo la televisión. Una casa es para una familia donde rara vez logran cenar juntos. De esa misma manera, una ventana es una ventana. Pero una ventana no es como otra ventana. Una ventana es para ventilar. Una ventana es para traer luz al interior. Otra ventana es para observar el paisaje. Una ventana es para observar el paisaje mientras uno esta sentado en una silla leyendo. Una ventana es para observar el paisaje recargado uno sobre el marco profundo de la ventana. Otra ventana se abre todos los días para ventilar un cuarto. Una ventana se mantiene cerrada durante la temporada de tormentas.

He aprendido de Gertrude Stein que uno debe poner atención. Uno debe poner atención a los patrones que se repiten. Uno debe poner atención a las diferencias en los patrones que se repiten. He aprendido de Gertrude Stein que uno se repite. Uno se repite cuando vive y por lo tanto vivir es repetirse. Vivir es repetirse pero al vivir hay diferencias. Vivir entonces es repetirse de manera distinta. Vivir se da en las diferencias en las que nos repetimos. Dormimos, despertamos, comemos, observamos, conversamos, vivimos. Dormimos, despertamos, comemos, observamos, conversamos, vivimos día con día. Dormimos, despertamos, comemos, observamos, conversamos, vivimos un día más. Y aun así, cada día es distinto. Vivir es dormir, despertar, comer, observar, conversar. Cómo hacemos lo que hacemos todos los días es lo que distingue nuestra vida de la vida de los del resto. Cómo duermo, cómo despierto, cómo como, cómo observo, cómo converso va conformando la manera en la que vivo. Hay en ello mucho de repetición; hay en ello algo de diferencia. Cómo hago día con día lo que hago todos los días va conformando la repetición y la diferencia entre la manera en la que vivo yo día con día todos los días y la manera entre que todas las otras personas hacen día con día todos los días. Así, de Gertrude Stein, he aprendido que vivir es repetir y que en la repetición hay diferencia y que mi vida es lo que hago día con día todos los días y que en ella hay repetición y hay diferencia y así se va conformando mi vida y así resulta mi vida y así es mi vida.

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introducción a los aprendizajes imaginarios

March 18, 2024

Después de veinte años de dar clases, hay una cosa que he aprendido de manera contundente: no es fácil enseñar. Toma más que simplemente mostrar. Enseñar debe ser una provocación. Te muestro tan sólo para que descubras por ti mismo tanto más. Hay que dar claves, insinuar caminos o provocar miradas. Pero la mayor exigencia del aprendizaje reside en que debe ser transformada en una experiencia personal. El aprendizaje no se absorbe, se experimenta. La lección reside en probar el aprendizaje uno mismo. Supongo que es como alimentarse. Es posible que yo, como profesor, haya dado los ingredientes para cocinar, inclusive podría llegar hasta preparar en su totalidad la comida, pero el probar, masticar, tragar, digerir y hasta el desechar lo tiene que llevar a cabo cada estudiante por su cuenta. Y no siempre es un proceso automático que nuestro cuerpo lleva a cabo. Es necesario saber qué tanto hay que masticar ciertas cosas; es necesario ir reconociendo cuánto tiempo tarda cada uno en digerir cierto material y, quizá más importante, es necesario saber cómo cada uno transforma lo digerido. Puede sonar burdo, pero el acto de desechar conocimiento es ya en si un acto de producir conocimiento. Las vacas regurgitan el pasto. Nosotros, de cierta manera, procesamos conocimiento, lo rumiamos con nuestro cuerpo y con nuestra mente, y después lo devolvemos, sacándolo de nosotros mismos transformado en algo más. Hacemos del conocimiento que absorbemos una propuesta o una idea personal. De esa manera, esta intrínsecamente ligado el enseñar con el aprender. Aprendo en cuanto enseño y enseño en cuanto aprendo. Es un intercambio que ocurre, independientemente del público, entre uno mismo con uno mismo.

En mis clases, a parte de los ejercicios en serie que les pido ejecutar a mis alumnos basados en la manera en que artistas, cineastas, escritores, fotógrafos, y otros arquitectos han explorado el espacio, he decidido compartir con ellos, todos los días, un personaje de quien yo he aprendido algo de ellos.

El truco de hablar sobre estos personajes es que en ningún caso llegué a conocer a ninguna de ellos. Mi aprendizaje ha sido a distancia y por consecuencia ha sido un aprendizaje imaginario. Me he imaginado conversaciones con estos personajes. Me he imaginado instrucciones que ellos me han dado para aprender a ver a través de sus ojos o de dibujar a través de sus manos. No me cabe la menor duda de que en ocasiones he mal entendido sus lecciones imaginarias. Estoy seguro que si, los que están muertos, pudieran ver lo que he hecho basándome en su trabajo algunos se sentirían ofendidos. Otros no verían relación alguna. Algunos de ellos siguen vivos, pero no me atrevo a intentar contactarlos. Su influencia en mi, en mi trabajo, ya opera con contundencia a distancia. Conocerlos me parecería abrumante. Siento que la distancia me permite despreocuparme de su opinión. La distancia me da espacio para (mal)interpretar su trabajo. La distancia me permite hacer de su trabajo una semilla para mi trabajo. El resultado no les pertenece, por mucho que se haya basado en ellos. De ahí que he aprendido de ellos, en cuanto que he hecho de su conocimiento algo mas. He transformado su conocimiento en mis propias experiencias. Eso para mi es aprender. Y a mi parecer, he aprendido mucho de ellos.

Este blog se conforma por una serie de ensayos que intentan enunciar todo lo que he aprendido. Se lo dedico a todos estos personajes que me han inspirado a distancia y a todos los alumnos que han estado de manera cercana en mi clase. Espero, de la manera más humilde, que algo de lo que yo haya dicho o hecho en clase los haya inspirado lo suficiente para que lo tomen y lo hagan suyo, inclusive si a mis ojos les parece que hayan (mal)interpretarlo la lección.

Tags aprendizajesimaginarios, arbolgenealogico, enseñar, aprender
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