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Barriendo hojas

July 5, 2023

Me gusta practicar yoga en mi terraza justo después de haber caminado con Yoko en el bosque. Mi terraza es casi imperceptible. Mide tres metros por tres metros y esta ligeramente levantada, tan solo un par de centímetros, del nivel del jardín. Mi terraza es una plancha, cubierta con el mismo ladrillo que el interior de mi cuarto básico. Es un cuarto al exterior sin paredes. Una banca esculpida de tronco de árbol le da contención al frente paralelo al cuarto.

Si mi cuarto básico se siente comprimido y robusto, la terraza es esbelta y ligera. Es ahí donde me preparo a hacer mi práctica de yoga. Abro la gran puerta de mi cuarto básico para que el interior se ventile. La puerta abierta me protege del viento del Norte. Pongo música, últimamente, algo de Noto y Sakamoto. Yoko aprovecha que la puerta esta abierta para oler cada rincón del jardín. Antes de colorar mi tapete sobre el ladrillo, voy al cuarto de servicio por la escoba. Verán, barrer y trapear deben estar en lo más alto en las actividades de limpieza que tengo que hacer por lo menos una vez a la semana. Si por mi fuera, si mi cuarto no estuviera tan expuesto al bosque, me esperaría a la visita semanal de la señora de limpieza. Pero en mi terreno tengo unos arboles enormes que no dejan de tirar hojas. Se podría decir que en vez de pasto tengo hojas en el piso de mi jardín. Ellas cubren, casi por completo, la tierra de mi jardín. Cada quince días, me veo en la necesidad de peinar el jardín y jalar la mayor cantidad de hojas posibles al borde de mi barda perimetral y sirvan de composta a las plantas que tengo ahí. He plantado al borde de mi barda una serie de jazmines en fila que espero que para el próximo año ya se hayan desbordado y cubran la cara exterior de la barda.

Últimamente, le he encontrado placer a barrer mi terraza justo antes de practicar yoga. Solo disfruto barrer mi terraza y solo antes del yoga. En esos breves minutos, me siento como un monje Budista. Siento que por ese instante estoy limpiando algo más que una superficie de ladrillo. Cada hoja, un pensamiento pasajero. Me siento a mi mismo haciendo espacio; Me siento haciéndome espacio. Cada movimiento de la escoba es ya una Asana. Barro al ritmo de mi respiración. Ahí, estoy presente.

Tags vidalenta, micuartobasico, mividalenta, tinyliving
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mi buró

June 10, 2022

Mi buró me es indispensable. Es tan sólo un cubo de madera de roble. Mide cuarenta y cinco centímetros por cuarenta y cinco centímetros por cuarenta y cinco centímetros. Mi buró es esencialmente su cubierta. No me gustan los buros con cajones ya que siento que uno comienza a acumular cosas en él que uno no necesita para irse a dormir. Mantengo en mi muro solo lo esencial para prepararme para dormir. En el hay una lampara con dimmer que me permite manipular la intensidad de la luz. Hay una botella y un vaso de cerámica para el agua. Hay siempre un libro, que va cambiando cada quince días aproximadamente (el tiempo que me suele tomar terminarlo) con una pluma para subrayar las frases que me parecen interesantes durante mi lectura. Y al llegar la noche, estarán mis lentes ahí y mi celular ahí. Mi buró no tiene una función en particular relacionada con el sueño pero ahí se encuentran las cosas que necesito durante la noche. Leo por lo menos unos veinte minutos antes de dormir y me gusta tener el libro a la mano, cerca de la cama. En ocasiones me levanto en medio de la noche con sed, pero si me llego a parar de la cama y caminar hasta la cocina para servirme un vaso de agua, es garantía que pierdo el sueño pero si solo estiro el brazo y tomo un pequeño trago de agua puedo volver a mi sueño sin problema. Los lentes están ahí porque literalmente quitármelos es la ultima cosa que hago antes de dormirme y ponérmelos es la primera cosa que hago al despertarme. Se puede decir que solo mientras duermo y mientras me baño que no tengo mis lentes puestos. Mi celular acaba en el buró ya que sirve de alarma, así es que es lo que más a la mano esta de mi cama. Por consecuencia, su cargador esta conectado al contacto al lado del buró. Fuera de estos objetos, sería difícil llegar a encontrar algo más en él. Las llaves o las monedas que inevitablemente están en mi bolsillo al final del día tienen su lugar en otra mesa. Tener las llaves o monedas cerca de donde duermo me parece mala suerte. No quiero pensar en dinero antes de dormir y tener las llaves tan cerca del espacio en el que descanso me genera ansiedad ya que solo las busco cuando voy a salir y no quiero pensar en salir antes de dormirme. Entre más ordenado y limpio este mi buró, más tranquilo me voy a dormir. Mi buró es solo un bloque de madera y solo necesito de su superficie. Pero es un utensilio indispensable para el ritual de prepararme para dormir. Me permite tener a la mano, sin tener que salirme de la cama, todo lo que necesito durante una noche común.

Tags slowliving, mividalenta
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